
Artículo científico/Scientific paper
CIENCIAS AGRONÓMICAS Sinche, M., Jácome, G., Castillo, J., Constante, M.B. y Castro, C.
1 Introducción
Entre el año 2012 y el 2017, el incremento en la
exportación de productos ecuatorianos no tradicio-
nales como pitahaya, mango y granadilla superó al
crecimiento de varios productos tradicionales co-
mo banano, cacao y café industrializado (Verdugo
y Andrade, 2018). Sin embargo, no se ha logrado
abrir mercados para otras frutas con alto potencial
de exportación, debido a que persiste un manejo
inadecuado de la mosca de la fruta (Vilatuña, San-
doval y Trigero, 2010). Entre los mercados interna-
cionales que no admiten el ingreso de frutas sin un
tratamiento adecuado, provenientes de países afec-
tados por esta plaga, se encuentran Estados Unidos,
Japón y la Unión Europea (Vilatuña y col., 2016;
IAEA, 2019). Los requisitos fitosanitarios impues-
tos por los países importadores buscan impedir el
ingreso de esta plaga a zonas consideradas como
libres (García-Rosero y col., 2015).
La mosca de la fruta pertenece a la familia Teph-
ritidae del orden Diptera. En Ecuador predominan
el género Anastrepha, originario de Centro y Suda-
mérica, y Ceratitis, un género introducido del Me-
diterráneo alrededor de 1976 (Vilatuña, Sandoval
y Trigero, 2010). Esta es considerada como una de
las principales plagas de interés económico a escala
mundial, debido a los daños que causa en frutas y
cultivos en regiones tropicales y subtropicales (Whi-
te y Elson-Harris, 1992; Hafsi y col., 2016). La mosca
de la fruta tiene la capacidad de adaptarse a diver-
sas condiciones ambientales e infectar frutos en di-
ferentes fases de su maduración. Las hembras son
atraídas por ciertos aromas que las frutas emiten
al comenzar su maduración, y cuando eso ocurre
depositan huevecillos en su interior. Al nacer, las
larvas se alimentan de la pulpa y forman galerías
que facilitan el ingreso de agentes patógenos como
hongos y bacterias, lo que provoca la pudrición de
los frutos y su consecuente rechazo para el consu-
mo, la exportación y la agroindustria (INIAP, 2004).
Adicionalmente, la presencia de la mosca de la
fruta genera un incremento en los costos de pro-
ducción porque se debe incurrir en gastos de inves-
tigación y aplicación de medidas de monitorización
y control (Salcedo-Baca, Lomelí-Flores y Terrazas-
González, 2009). Por ejemplo, se ha logrado la ex-
portación de mango ecuatoriano a mercados co-
mo el estadounidense (Fundación Mango Ecuador,
2019), pero para ello se necesitan aplicar pestici-
das durante el cultivo y el tratamiento hidrotérmico
postcosecha de los frutos (AGROCALIDAD, 2016).
Gracias a que este y otros cultivos tienen una im-
portancia creciente en el país (MAG-CGINA, 2022),
se ha incrementado el interés por controlar esta pla-
ga mediante opciones más ecoamigables.
La Agencia de Regulación y Control Fito y Zoo-
sanitario (AGROCALIDAD) empezó el “Proyecto
Nacional de Manejo de Mosca de la Fruta” en el
2014 con el propósito de declarar áreas libres o de
baja prevalencia a las zonas destinadas a la pro-
ducción de frutos, mediante estrategias de manejo
integrado en los cultivos hospederos de la mosca
(Vilatuña y col., 2016). El manejo integrado requie-
re del conocimiento de la densidad poblacional de
la plaga y de sus variaciones en el tiempo (Vilatu-
ña, Sandoval y Trigero, 2010). Cebos formulados a
partir de compuestos orgánicos como la putrescina,
acetato de amonio o proteína hidrolizada líquida
se han empleado efectivamente como atrayentes
en programas para la detección y monitorización
de varias especies de moscas de la fruta (Heath
y col., 1997; López-Guillén, Toledo y Rojas, 2010).
Se utiliza proteína hidrolizada debido al conteni-
do de compuestos nitrogenados asociados con la
atracción de las moscas hacia las frutas (Bateman,
Morton y Brown, 1981; Mazor, 2009). La presencia
de aminoácidos esenciales para los insectos como la
metionina (Dadd, 1985), también puede contribuir
con el poder atrayente de los cebos (Díaz-Fleischer
y Castrejón-Gómez, 2012).
El cebo elegido por el Proyecto Nacional de Ma-
nejo de Mosca de la Fruta es un producto comercial
que tiene como componente principal proteína ve-
getal hidrolizada (Vilatuña y col., 2016), es fabricado
en Argentina y tiene un precio de 14,60 USD por li-
tro de concentrado (Edifarm, 2016). Por ello, existe
la oportunidad de formular un cebo que pueda ser
producido en el país a un menor costo, que posea
una efectividad similar o mayor y que genere bene-
ficios ambientales y sociales. Bajo esa perspectiva,
se pueden emplear subproductos agroindustriales
como materia prima que contengan proteína y que
posean un bajo valor comercial (Zahari y Alímon,
2005). En el Ecuador, existen tortas de palmiste y
de soya provenientes de industrias extractoras de
aceite vegetal, así como de suero de leche y san-
gre bovina, resultantes de la fabricación de queso y
104 LAGRANJA:Revista de Ciencias de la Vida 37(1) 2023:102-116.
©2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.