
Artículo científico/Scientific paper
CIENCIAS QUÍMICAS Franco-Rodríguez, F., González-Morales, H., Heredia-Barbero, A., Montoya, L. y Reyes-Medina, Y.
na mediante mensajeros: pequeñas moléculas que
permiten a las bacterias percibir la población exis-
tente y responder ante diferentes condiciones am-
bientales cambiantes. A este mecanismo de co-
municación se le llama “quórum sensing”. Las
bacterias Gram negativas emplean moléculas acil-
homoserina-lactonas, mientras que en las Gram po-
sitivas prevalecen los oligopéptidos modificados
(Nazar, 2007).
La formación de colonias elaboradas y enreve-
sadas con geometrías quirales y/o fractales pue-
de verse en diferentes especies, tales como Baci-
llus subtilis, que utiliza flagelos (Ingham y Jacob,
2008) y Paenibacillus vortex que, además, posee moti-
lidad social avanzada empleando señalización qui-
miotáctica. P. vortex forma enjambres con miles de
bacterias con grupos líderes llamadas vórtices que
giran cooperativamente, así, el vórtice se expande
en tamaño y se mueve hacia afuera, dejando un ras-
tro y originando a colonias enrevesadas con formas
quirales o fractales (Finkelshtein y col., 2017), aun-
que la base biológica de la formación no está bien
comprendida actualmente (Ingham y Jacob, 2008).
4.2 Macroorganismos
La expresión de la quiralidad en los sistemas bioló-
gicos resulta ser una cualidad inherente a todos
ellos. La quiralidad puede manifestarse no solo
en sistemas microscópicos (ya que la mayoría de
las moléculas de los seres vivos son quirales), sino
también macroscópicamente, tales ejemplos serían
los casos de las alas de las mariposas (Figura 3)
o las conchas helicoidales de distintos moluscos
(Nieto-Ortega, 2014). Esto mismo sucede en el caso
de plantas trepadoras que se enrollan en forma de
hélices sobre distintos tipos de plantas, como ár-
boles o arbustos, así como en diversos materiales
como estacas; la forma de hacerlo es dextrógiro (ha-
cia la derecha), como en el caso del dondiego de día,
aunque también existen aquellas que lo hacen me-
diante un giro levógiro (hacia la izquierda), como
es el caso de la madreselva (Pérez Benítez y Arroyo
Carmona, 2018). Citando el ejemplo de los huma-
nos, que son estructuralmente quirales, podemos
encontrar el hígado a la derecha del centro y el co-
razón hacia la izquierda, mostrando así quiralidad
funcional (Hegstrom y Kondepudi, 1990).
Aunque no hay ninguna razón para decir que
una imagen especular es mejor que la otra, en la
naturaleza se presenta cierta predominancia por un
tipo de quiralidad sobre otro (Hegstrom y Konde-
pudi, 1990). Por ejemplo, la quiralidad funcional
es la preferencia de un organismo por utilizar una
de sus extremidades más que la otra, un ejemplo
de esto sería que los humanos utilizan más una
mano que la otra para realizar diversas actividades
(Barrera-Calva, Pineda-Ledezma y Barrera-Mera,
2012).
Muchas especies utilizan el hemisferio dere-
cho del cerebro para reaccionar de forma rápida
ante condiciones novedosas, por otro lado, utili-
zan el hemisferio izquierdo para controlar respues-
tas que tienen otras alternativas como respuesta a
ellas, categorizando así sus posibilidades donde de
forma ordinaria las funciones hemisféricas tienen
una participación de complementariedad funcional
(Barrera-Calva, Pineda-Ledezma y Barrera-Mera,
2012). En los humanos, el hemisferio izquierdo se
encarga de la vocalización comunicativa (incluyen-
do el movimiento de la lengua, la mandíbula, la
lengua y los músculos labiales). Sin embargo, esto
no es exclusivo de los humanos, también se ha vis-
to que los grillos y las aves poseen esta propiedad
quiral (Barrera-Calva, Pineda-Ledezma y Barrera-
Mera, 2012).
En el caso típico de los Gasterópodos se puede
observar un ejemplo clásico de quiralidad, esto se
debe a la dirección en la que se enrollan: dextral (en
sentido de las manecillas del reloj o diestro) y sinis-
tral (zurdo) (Schilthuizen y Davison, 2005), también
conocido como levógiro. Esta quiralidad es origi-
nada en el desarrollo temprano (Vargas y Zardoya,
2015). En la tercera división del desarrollo larvario,
cuando el embrión pasa de cuatro a ocho células,
los moluscos sufren una segmentación en espiral,
es decir, los planos larvarios se orientan de mane-
ra oblicua respecto al eje polar del oocito. Cuando
se definen los patrones de división temprana y el
sentido en que se orienta, las asimetrías corporales
consecuentes están determinadas, es decir, si la di-
visión ocurre en el sentido de las manecillas del re-
loj estaremos hablando de un organismo dextral, en
contraparte, si el caso es antihorario entonces el or-
ganismo será levógiro o sinistral (Vargas y Zardoya,
2015).
12 LAGRANJA:Revista de Ciencias de la Vida 37(1) 2023:8-22.
©2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.