
Artículo científico/Scientific paper
DESARROLLO SOSTENIBLE Pacheco-Peña, D., Lema-Quinga, L. y Yánez-Moretta, P.
1 Introducción
Desde tiempos remotos el agua ha sido considera-
da como fuente de vida y como un símbolo sagrado
para las comunidades, nacionalidades y pueblos in-
dígenas de Los Andes; sin embargo, históricamente
ellos han sido relegados y privados de varios de-
rechos, entre ellos el de acceder a este recurso en
condiciones de calidad y cantidad adecuadas, re-
queridas para una correcta salud humana (Boelens,
2011). Si revisamos la historia, el agua siempre ha
sido un elemento que genera discordia y enfren-
tamientos, no solo por la calidad del recurso, sino
también por las iniciativas de establecer normas
para su uso. En Latinoamérica, desde la época de
la colonia se han visto favorecidos aquellos gru-
pos más influyentes. En el período republicano los
cambios realizados fueron muy pocos o nulos, y el
agua siguió siendo acaparada por grupos de poder
y personajes influyentes en la sociopolítica (Gran-
da, Dubly y Borja, 2004); incluso en la actualidad,
las fuentes de agua siguen siendo muy atractivas
por las grandes empresas prestadoras del servicio
en las ciudades (Gómez, 2009).
Como respuesta a estas realidades, en la zona
andina de Ecuador se han originado iniciativas de
manejo coparticipativo de este recurso; una de ellas,
por ejemplo, en la que interviene la cooperación en-
tre actores comunitarios, estatales e internacionales,
es el Proyecto de Agua Potable Regional Pesillo en
Imbabura, en el cual se destacan como hitos para
la cogestión del agua el acceso, la disponibilidad,
el diseño del proyecto, el financiamiento, la ejecu-
ción y la administración (Perugachi y Cachipuendo,
2020); siendo estos los elementos primordiales que
permiten una adecuada gestión del recurso.
Las principales debilidades de los sistemas de
agua comunitarios, generalmente manejados por
juntas de agua y saneamiento, giran en torno a la
falta de recursos económicos y diseños técnicos que
permiten hacer más eficientes sus sistemas de cap-
tación, transporte, potabilización y distribución del
servicio (Molina, Pozo y Serrano, 2018).
Para Pinos (2020), una buena gestión del agua
forma parte de un metabolismo urbano y rural sa-
ludable, y suele depender del grado de gobernanza
que tengan los actores. Sandoval y Günther (2013)
mencionan, por ejemplo, que el manejo íntegro del
agua suele estar compuesto por actores públicos,
sociales y privados; mientras que la competencia de
regulación del agua está a cargo del ente de control
ambiental, para nuestro país: el Ministerio del Am-
biente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador
(MAAE).
En la zona andina de Ecuador, pocas son las co-
munas ancestrales que han contado con fuentes de
agua de manejo propio, fomentando su gestión y
conservación; una de ellas, adyacente a la ciudad
de Quito, es la Comuna Santa Clara de San Millán
(en adelante, denominada simplemente Comuna o
CSCSM) (Pacheco, 2019); la misma que original-
mente estaba separada de la ciudad y que debido
al paso del tiempo y al consecuente crecimiento po-
blacional de la urbe se ha integrado paulatinamente
como elemento periurbano.
Los cambios de uso de suelo han provocado que
esta Comuna ceda parte de su territorio y de sus
recursos, transformándolos en la actualidad en es-
pacios de características urbanas (Jácome, 2018; Pa-
checo, 2019). Cabe mencionar de forma breve que la
lucha por el agua no ha sido un proceso ajeno para
las personas de esta Comuna; por ejemplo, existen
antecedentes que denotan la intervención de enti-
dades ajenas a ella y que desencadenaron conflictos
por la gestión del recurso: el primero, con la ciuda-
dela Mariana de Jesús en 1936 y el segundo, con la
Universidad Central del Ecuador en 1955 (Jácome,
2018).
La Comuna actualmente tiene un sistema interno
de manejo del agua para consumo humano, el mis-
mo que está gestionado por un grupo conocido
como “Junta de Agua de la Comuna Santa Cla-
ra de San Millán” (Pacheco, 2019); este sistema y
el funcionamiento de la Junta se encuentra funda-
mentado en el Reglamento a la Ley Orgánica de
Recursos Hídricos, Usos y Aprovechamientos del
Agua (LORHUyA) (Presidencia de la República
del Ecuador, 2014), en la cual se establece que las
Juntas Administradoras de Agua Potable y Sanea-
miento (JAAPS) son grupos comunitarios, sin fines
de lucro, que tienen como finalidad prestar el ser-
vicio público de agua potable en zonas rurales o
periurbanas, en donde los Gobiernos Autónomos
Descentralizados (GAD) municipales no han podi-
do lograrlo a través de sus empresas públicas. Se
debe mencionar que dichas organizaciones tienen
46 LAGRANJA:Revista de Ciencias de la Vida 37(1) 2023:44-57.
©2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.